En los últimos años, la comunidad científica se ha avocado a la creación de plásticos activos que intervienen en la conservación de los alimentos. Dichos estudios han confirmado que la remolacha añadida a la composición del envase puede agregar propiedades antioxidantes al producto.
La betalaína, es el compuesto que da ese color rojizo característico en la remolacha, y al mismo tiempo es el responsable de su actividad antioxidante; por lo que es usada en la industria del alimento, la gastronomía y la pastelería como colorante y conservante de alimentos.
El uso de extractos de esta raíz ha arrojado grandes mejoras en la acción del polímero EVOH (Etilen-Vinil-Alcohol), comúnmente utilizado en envases alimenticios por sus propiedades que evitan que el oxígeno entre al envase, retardando así la degradación del producto alargando su vida útil.
Investigadores de las universidades de Cádiz, Sevilla y Victoria en Australia, han diseñado un empaque a base de un plástico alimentario al que han agregado extracto de remolacha. En este ensayo preliminar, se obtiene un producto que pretende mejorar las características de los plásticos utilizados actualmente, aportando mayor durabilidad al alimento sin que pierda sus propiedades. Han logrado que las películas fabricadas sean más resistentes a lis ultravioleta y con propiedades antioxidantes.
Cristina Cedujo, investigadora de la universidad de Cádiz afirma que: “Se han fabricado con éxito los films EVOH adicionando tanto polvo como extracto de remolacha en diferentes proporciones. La remolacha roja se dispersó adecuadamente en el polímero sin perjudicar su estabilidad térmica ni las propiedades mecánicas y le aportó nuevas características que podrían conferir al envase un mayor poder de conservación”.
Se plantean continuar las investigaciones con alimentos reales y confirmar si se es posible que se generaran migraciones al interior del envase que pudieran alterar sensorialmente el sabor de los alimentos contenidos.
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